Un diseñador anónimo creó un prototipo de despertador que destruye billetes si su propietario no lo apaga dentro de un plazo determinado. Dicho dispositivo tiene un hueco para los billetes y una cortadora incorporada que empieza a funcionar cuando el despertador no se apaga.

Es posible que este invento nunca sea puesto en producción ya que en algunos países el deterioro de billetes se considera un delito. Así, por ejemplo, en EE. UU. al deterioro deliberado de dólares le corresponde una multa o hasta seis meses de prisión (en general, esta ley se aplica para luchar contra la falsificación de dinero).
Ya hace años existen en el mercado diferentes aparatos que ayudan a despertarse tales como los SnuzNLuz. Los dormilones, que necesitan alguna motivación opcional para luchar contra el deseo irresistible de dormir por las mañanas, pueden adquirir este aparato por 40 dólares. El despertador se conecta a Internet y transfiere, como mínimo, 10 dólares a cuentas de organizaciones de caridad cada vez que el usuario no desactiva a tiempo su alarma.